La médula ósea se compone de dos sectores, la médula ósea roja o hematopoyética, formada por células hematopoyéticas, y la médula ósea amarilla o grasa, formada mayormente por tejido adiposo. En la médula ósea roja se encuentran las células madre o Stem Cell que darán origen a dos líneas celulares, la línea mieloblástica y la línea linfoblástica. En el preparado se pueden observar distintos estadios de la diferenciación de los mieloblastos y de linfoblastos, así como también células en distintas etapas de la mitosis dada la gran tasa de división celular.
En este preparado se observa la médula ósea en un corte de un hueso largo joven. Al observar a menor aumento reconozca el tejido mieloide intensamente basófilo y algunas células adiposas. Reconozca en la médula ósea la presencia de los sectores vasculares, ocupados por vasos sinusoides de luz amplia, generalmente ocupados por sangre, y los sectores hematopoyéticos, fácilmente reconocibles por su gran celularidad. En estos últimos, llaman la atención células de gran tamaño, redondeadas, con núcleos polilobulados y citoplasma muy abundante y eosinófilo que corresponden a los megacariocitos (2, 3), células encargadas de la producción de las plaquetas.
También podrá reconocer distintos tipos celulares correspondientes a las diferentes fases de la
diferenciación de las células de las líneas mieloide y linfoide. Entre ellas se localizan las células
reticulares, células del estroma de la médula ósea.
Note que las células de las líneas eritroide y granulocítica se disponen en acúmulos o nidos. Los nidos eritropoyéticos (2) generalmente se encuentran cerca de los sinusoides, reconocibles por sus núcleos intensamente heterocromáticos. Los nidos de células de la línea granulocítica (2) se encuentran más alejados, aunque con
esta técnica son difíciles de diferenciar.